En el món freaki de les series començo a descubrir una de nova.

aquí teniu una critica de la web espoiler

Si CSI es velocidad —pim, pum, a la bolsa—, The Wire está basada en el detalle: un solo caso puede durar una temporada completa. Si en CSI los protagonistas hablan demasiado, nunca duermen, lo explican todo en voz alta, verbalizan sin necesidad para integrar al espectador; los policías de The Wire trabajan en silencio, se quedan dormidos cuando tienen sueño. Fallan. Les importa un pito que más allá haya una teleplatea neófita.
The Wire comenzó a emitirse en junio de 2002 y la cuarta temporada acabó en diciembre del año pasado. La quinta, por gracia de Dios, viene en camino para 2008. Cada temporada está compuesta por doce (a veces trece) capítulos de una hora de duración. Las actuaciones son, en todos los casos, excepcionales.
En la primera temporada un grupo de policías de Baltimore intenta desbaratar una red de tráfico de drogas común y corriente. Nada del otro mundo. El obstáculo, en este caso, es que los testigos no hablan, los acusados no se desmoronan, los policías tienen familia y problemas para llegar a la escena del delito a tiempo, los jueces están más interesados en sus carreras que en la Justicia, balística no funciona siempre bien, la burocracia es agotadora, los micrófonos escondidos acoplan, los sargentos se emborrachan, el café está frío y los malos, muchas veces, son más nobles y mejores que los buenos.
The Wire es la verdad, lo real, lo que pasa en los arrabales de este mundo, en los verdaderos submundos norteamericanos. La grandeza del guión (asentado en un humor sutil, como el delineador invisible en una mujer que no parece maquillada) nos va llevando de la mano a una composición de lugar que bebemos de a sorbitos, sin prisas. No hay síntesis en esta trama, no hay finales apresurados. Es una larga y maravillosa película de trece horas de duración, repartida en una docena de capítulos magistrales.
Hay que tener un sillón muy grande. Hay que tener doce noches libres y cerveza fría. Porque estamos ante otra serie de HBO de ésas que, después de verlas por descarga, nos dan ganas de comprar los DVD originales para sentirnos seres humanos completos.